sábado, 30 de octubre de 2010

¿Perdona?

Los dedos temblando sobre el papel. Sin saber que escribir. Ahogándose en lágrimas que no pueden llorar y que no pueden decir, pues la pluma olvidó su tinta...
...en algún armario trastero. O quizá en alguna colmena. Tantos recovecos que no puede encontrar el camino de vuelta; el único camino que hay.
Y su mirada se eleva más y más. Hasta que olvida dónde quedaron sus dedos.
Pero el cielo tampoco sabe escribir. Aunque sí sabe llorar.
Y llora las lágrimas de tinta ácida que le llenaban las entrañas. Y quema los bosques y destruye las cuidades.
Lamiendo el papel con llamas apagadas, que no sienten ni comprenden; que no saben por qué son.
Y cuando el papel desaparece, los dedos dejan de temblar. Ya no hay que preocuparse de qué escribir. Porque las lágrimas le llenaron por dentro, el ácido bailó con sus pulmones, y lentamente, murió.


Ojalá el miedo viniese con manual de instrucciones...

Nat u

Hacía frío, mucho frío. Quizás dentro de poco comenzase a nevar.
El viento hacía temblar todo con una fuerza increíble. Movía el aire gélido cortando su piel, haciéndola estremecerse hasta los huesos.
Y ella no se podía mover.

Seguía allí sentada, frente a la puerta.
A veces miraba hacia atrás, hacia la puerta que la impedía pasar
con los ojos bañados en lágrimas
deseando que, de una vez por todas, la puerta se abriese.
Deseando poder alejarse del frío.

Pero la puerta nunca se abría.
Y ella seguía sentada en el suelo,
sobre las piedras que, con el paso del tiempo, se enfriaban más y más.
Mirando a ningún sitio
acariciando entre sus dedos la llave...
...por miedo a perderla.




Abrazos fantasmas~

[Imagen: "Autumn" http://spaz-stock.deviantart.com/]

sábado, 23 de octubre de 2010

Of course

Tenías razón
como siempre
como cada vez que creí que no la tendrías
como cada vez que deseo que te equivoques.





















Tenías razón,
este mundo no está hecho para mi...
O quizá sea al revés.
¿A quién le importa?
Como siempre, tenías razón.

Por supuesto.
No sé cuándo entenderé que jamás te equivocas
que siempre sabes ver un poquito más allá.

You were right.
As always,
so, so right
now I understand
I can't do it,
I'll never be the person I pretended to be.
Never.



Abrazos comprimidos...

[Imagen: "Mind Disaster" http://ashwings.deviantart.com/]

viernes, 22 de octubre de 2010

Parchís.

-Sí, Lagartija, supongo que tienes razón. Supongo que eso es lo que me debe hacer sonreír...
-Claro que sí ¡Vamos, sonríe! ¿Qué te cuesta?
-No, nada, claro... no es eso. No me preocupa "lo que me cueste"
-¿Entonces? ¡Sonríe! Es gratis.
-Lo sé... aunque no puedas creerlo, yo antes solía sonreír.
-¿Y por qué ahora no?
-... No me sale
-Oh, vamos ¡nadie olvida "sonreír"!
-Entonces quizá es que yo soy nadie.
-Por favor, Cajón, no digas tonterías.
-Lo siento. De todas formas, no entiendo por qué debería sonreír.
-Sonreír te hace más feliz, créeme. No es sólo a la inversa. Además, ya sabes "sonríe aunque estés triste: nunca sabes quién se puede enamorar de tú sonrisa".
-...Eso es verdad. No pienso volver a sonreír: ¡a saber cuántos idiotas se enamorarían de mi sonrisa de mentiras sólo para hacerse felices a sí mismos!


~Dedicado (tarde) al SPIRIT DAY :)

PURPLE HUGS!!!

lunes, 18 de octubre de 2010

Sólo un poco :)

Hoy... quiero una vida nueva~
Que esta ya tiene las esquinas gastadas.


Y es que hay veces que me gustaría cambiarlo todo.
Como tú dices, hacer una hoguera ^^
Mandarlo todo un poco a la mierda...
Pero sólo un poco.

Sin embargo, sería tristemente sencillo, ¿no crees?
Como si una ola viniese hacia mí
(no una ola de agua... sino una ola de todo lo que no lo es ^-^)
Y yo simplemente cerrase los ojos
deseando que la resaca no me lleve tan adentro...
tan lejos.
Nunca me gustó rendirme, qué le voy a hacer.
Después de todo es solo un reto; un pasito más...
la diferencia es que ahora no veo el suelo al otro lado.
Es un escalón invisible. Pero se esconda o no, sé que está ahí.


Me gustaría encontrar un sitio a medio camino del cielo
donde poder olvidar los cachitos de vida
disonantes

sábado, 16 de octubre de 2010

Don't even...

Fue... extraño. Sí, esa era la palabra: extraño.
Como un sueño demasiado tangible para ser sólo imaginado, de ésos que cuando pasa el tiempo, se confunden con los hechos; o como una realidad demasiado densa para existir.

Ya ni siquiera lo recordaba con detalle ¿había sonreído? ¿Cuánto tiempo había permanecido allí, perdida en medio de nada?... A veces aún pensaba que había sido fruto de un juego de su imaginación.
Apenas recordaba el rostro que había dado la vuelta a su mundo, pero sí recordaba el lugar. El lugar donde se olvidó de que todo había acabado, y la vida cambió de nuevo para ella.

Solía imaginar que el destino, cuando la vio detenerse en aquella calle en medio de la gente, se había reído de nuevo de ella. Con una risa maliciosa pero discreta; como un gato de Cheshire, con la risa de las cosas que no deben reírse.
Y sin embargo, durante años, había regresado una y otra vez a aquel lugar. Y apoyada en un muro de piedra pasaba horas, que parecían días, mirando a la gente pasar, con la vaga esperanza de encontrar su mirada oscura entre las demás... o de encontrar el cachito de sí misma que se había caído al volver a verlo aquella tarde.

Entonces el cielo reflejaba el color dorado de las hojas que caían, y el viento revolvía su pelo una y otra vez. Seguramente fueran aquellos detalles sencillos los que la hacían sonreír, aunque caminase sola. Quizás fue su inusitada sonrisa otoñal lo que hizo que él la mirase.
Y de repente, todo se detuvo. Y todo eran sus ojos; gris oscuro, casi negro, que hicieron oscurecerse al atardecer.

¿Cómo había llegado él allí? Desapareció hacía años.
Su corazón latía acelerado.
¡No! Aquello no estaba bien. Él no podía estar allí… tenía que haberse marchado. No podía estar viéndolo. No podía seguir queriéndolo.

El tiempo perdió su rumbo, y se encaminó hacia el infinito junto con sus pensamientos; todo se detuvo, ya no soplaba el viento, nada se movía. Por un momento tuvo miedo de que nunca llegase a anochecer.
Hasta que una risa lejana llegó a sus oídos. La escuchaba distorsionada, como si estuviese bajo el agua, y casi creía que había desaparecido… cuando chocó contra sus piernas.
La niña la miraba desde abajo, con cara de traviesa culpabilidad. Ella sonrió, no pasaba nada.
Y para su asombro, la niña echó a correr. Un instante después apareció un niño persiguiéndola, apenas unos centímetros más alto que ella. Los dos reían, ajenos al resto del mundo, esquivando a la gente que permanecía inmóvil en mitad de la calle, y él sólo le dedicó una mirada fugaz… gris oscura, casi negra.

Su corazón dio un vuelco al ver esos ojos, y su mirada corrió a buscar a aquellos que la habían mirado antes. Pero sólo encontró al tiempo, que de nuevo marchaba a su ritmo normal. El cielo volvía a ser dorado, y cada vez faltaba menos para la noche; la gente volvía a moverse, con el viento jugueteando con sus cabellos, pero eso a ella le daba igual.

Él había vuelto a desaparecer… en la misma dirección en que se perdieron las risas de aquellos niños.


Abrazos que son besos xD
PD: Menos a María, que se mete con ellos =)

jueves, 14 de octubre de 2010

Writhe

Llovía. Llovía a mares.
Por los lados de la carretera descendía el agua en inmensos torrentes, y la tormenta no parecía tener intención de arreciar.
Sin embargo, pidió al taxista que parase dos manzanas antes de llegar a casa, y le pagó en billetes pequeños, atados con un lazo rojo. Cuando se los dio, su sonrisa arañaba el infinito.
La lluvia la iba empapando, de dentro hacia fuera. No importaba; caminaba despacio, arrastrando un paraguas cerrado que cada vez pesaba más.
Se detuvo ante la puerta blanca: un río se cruzaba en su camino. Miró apenada a sus zapatos, sus flamantes tacones del color verde del mar. Los cogió con toda la delicadeza del mundo, no quería estropearlos... y los lanzó tan lejos como pudo. Que los estropease otro.
Se adentró en el río de agua oscura. Metió los pies, uno tras otro, con premeditada lentitud. Y dejó que las medias absorbiesen el líquido, sintiéndolo ascender por sus piernas, cada vez más.
Pero de repente, el río se secó. Sólo quedaba ella, mirando de frente a la puerta blanca. Y la tormenta.
Se quitó la chaqueta y dejó el pelo empapado caer sobre sus hombros, serpentear por su espalda, hacerla cosquillas... No quería entrar.
Dentro todo estaba seco, y el aire estaba tibio, como si fuese a empezar de nuevo el verano... pero ya casi era invierno. Y en invierno por las noches, no hacía calor.
Se miró a sí misma: descalza y empapada, con los rizos de su pelo perdidos entre una maraña de recuerdos desgastados... y un vestido color verde mar.
Y en su cabeza, sólo el eco de las gotas al caer sobre la acera.
Hasta que llegó la voz:
-¿Eres tú? ¿Ya has llegado? ¡Por fin! Creí que te habría...
Un golpe seco.
Y pasos corriendo escaleras abajo, que se detuvieron de repente.
Bajo el vestido del color verde del mar, ella yacía en el suelo, en medio del recibidor.
En su mano derecha, un paraguas cerrado, lleno de agua.
En la izquierda, llevaba miguitas de olvido, que había tirado por el camino... pero los pájaros se las habían comido, y la lluvia había borrado sus huellas.
A su alrededor, un mar oscuro invadía la moqueta.
Estaba empapada.
Y sonreía, aún con los ojos cerrados.
Pero también lloraba...

...o tal vez no. Tal vez sólo fuese la lluvia.



Abrazos saladitos :)

miércoles, 13 de octubre de 2010

Trust

Siempre he admirado a los esqueletos...

por esa forma tan natural
que tienen de sonreír

...aunque en realidad estén muertos.



Abrazos fugaces ^-^

miércoles, 6 de octubre de 2010

¡Chof!

Lúa adoraba nadar en el mar, desde que era pequeña. Dejarse llevar por las olas, perseguir a aquellos pequeños peces que siempre se le escapaban entre los dedos en el último momento.
Cuando salía del agua se sentía extraña; casi no sabía cómo andar con sus propios pies.
En realidad, habría deseado no tener que andar, poder quedarse a vivir en el mar para siempre, hasta que le saliesen branquias y lentamente -al menos así creía que ocurriría- una bonita cola de sirena. Y nunca tendría que volver a andar.
Pero había una cosa que deseaba aún más que poder nadar eternamente: poder volar.
Lúa era una niña que quería volar sin alas.
La primera vez que subió a un avión, casi no se tenía en sí por la emoción ¡aquello era increíble! ojalá pudiese hacerlo cada día.
Pero no podía. Porque sólo era una niña; y las niñas no pueden pilotar aviones.
Entonces lo tuvo claro: había otra forma de volar. Subiendo alto, muy alto.
Y subió tan alto que las nubes se tragaron el suelo.
Y a su espalda se abrieron las alas que nunca había visto, pero que sabía que estaban allí ¡porque tenían que estar!
Saltó del rascacielos sin pensarlo ni un segundo más.
El viento en su cara, fresco, casi haciéndola llorar. Aquella sensación de vértigo, de velocidad infinita.
Por primera vez, Lúa se sintió libre, se sentía una más con el Universo. Aquel era su lugar.
Y a medio camino entre el cielo y la tierra, abrió sus brillantes alas y se dejó llevar por el viento.
Ya nada podría detenerla.

...La enterraron al día siguiente, a las cuatro de la tarde.
Al parecer, el suelo sí fue capaz de detenerla
¿Quién sabe dónde habría llegado si no?

A sus padres les apenó su muerte sobremanera.
Porque había muerto su hija, su pequeña Lúa...
Y porque tuvieron que comprar un ataúd enorme para poder guardar sus alas.


Abrazos supercalifragilísticos ^^

martes, 5 de octubre de 2010

Grietas

¿Y qué más me da que tú ya no estés aquí?

Te marchaste sin despedirte, y sé que no miraste atrás. Porque yo sólo era una cría, un poquito de nada en medio de un océano de todos inmensos, que giraban contra ti, que no te entendían.

Si lo hubiese sabido, si hubiese sabido cómo iba a cambiar todo, jamás te habría dejado marchar. No sé cómo detenerte; nunca lo supe… pero al menos lo habría intentado. Sin embargo yo sólo era una cría, ¿cómo iba a impedirte avanzar, si ni todo el Universo puede?

Muchas veces, demasiadas, he deseado que vuelvas tus pasos atrás. Y que tú vuelvas a ser nada, y yo vuelva a ser una niña, disfrutando de ti sin saberlo, sin poder imaginar que te irás.

Quizá algún día logre entenderte. Tus cambios de humor, por qué tan pronto te arrastras como vuelas. Qué hace que aún sigas en pie sin detenerte. Quizá algún día descubra si realmente eres tanto como algunos dicen, o tan poco como otros piensan. Si lo eres todo o si es simplemente mi imaginación de cría abandonada, que quiere que lo seas.

Echo de menos los viejos momentos, pero ahora me doy cuenta de que no quiero que vuelvas. No quiero tener que decirte adiós de nuevo sin quererlo. No quiero que te vuelvas a ir mientras yo miro al cielo perdida, preguntándome cómo funciona todo… sin ser consciente de que es por ti.

Y es que al final, ¿qué más da si te vas o te quedas? Aún soy demasiado cría como para mirarte de frente y hacerte parar.

No importa.

Aunque tú no estés, no seas el mismo, yo puedo seguir siendo yo. Mientras pueda caminar por la calle saltando las grietas del suelo y volar sobre las rayas negras de un paso de cebra para que los tiburones no se coman mis pies; mientras pueda tumbarme en el suelo a mirar al techo esperando que le salgan las estrellas y después mirar al cielo a los ojos y sonreír… sabré que no pasaste en vano; que aprender no siempre significa perder.

Puede que algún día te necesite. Que necesite que pares y me esperes…
Puede que todo lo que el tiempo necesite para detenerse es que alguien le mire a los ojos y le coja de la mano.

~Por favor, espérame. No te vayas sin mi...


Abrazos que esquivan tiburones =)=)

PD: http://www.youtube.com/watch?v=0XsIeebxa-U&feature=related :3 ¿No ha sido magnífico?

lunes, 4 de octubre de 2010

Q.C.D

Un títere rotocon una sonrisa torcida, cosida...
...forzada.
Rómpeme las piernas para que no pueda volver a andar
que el dolor me haga llorar entre carcajadas
que sepan a odio y miel.
No me dejes volver a ser yo,
enséñame a no ser.
Vente conmigo a vivir a la tierra natal del olvido;
dos pasos por encima del mundo. Latitud: el infinito.
Y ahoguémonos en destellos azules.

domingo, 3 de octubre de 2010

God Child

He was an old child.

Tenía los ojos del color del caramelo
pero él nunca los pudo ver.

Era un niño viejo.

Le habían encadenado las alas.
Y se le cayeron por no poder volar.


Porque en un mundo de color ámbar y negro
el blanco de la inocencia
desangraba a aquellos que no querían ver.

Y aunque sus manos sudasen sangre
y el miedo a la muerte le impidiese dormir
~
No importaba su dolor…
…mientras no manchase los caminos de rojo carmesí.

Grey hugs! ^^
PD: Imagen de ChaoxAngel (@http://chaoxangel.deviantart.com/)

Wood'n'Fire

Era como un domingo al amanecer.

Como una cinta transportadora que se pierde en la distancia; que lleva a ningún sitio.

Era como una película barata.

Como un río roto que llora cascadas y piedras afiladas.

Y no hay ninguna rama que te salve de la caída.

Una moneda que cae para siempre, porque nadie la recoge del suelo.

Era todo.

Y era nada.

Porque a nadie le importaba.


Abrazos pegajosos *-*

viernes, 1 de octubre de 2010

LOV3

Adoro la tierna ingenuidad de quien te envía mensajes esperando una respuesta que no llegará. Me encanta imaginar esa punzadita en su pecho al darse cuenta de que jamás van a obtener una respuesta. Supongo que es cruel por mi parte, pero cuando me lo planteo a mí misma, me doy cuenta de que sería aún más cruel contestar.

Si alguna vez alguien se olvidase de mí, se cansase de escuchar mis tonterías infantiles, o simplemente se diese cuenta de que no me aguanta, preferiría que lo mostrase. No pido que me lo digan a la cara. Habréis escuchado la típica frase "si tienes algo que decirme, dímelo a la cara". Pues no. Si te dicen esas cosas a la cara, te duele, incluso si lo sabías de antes. Pero tampoco quiero que me mientan, que hagan como que no pasa nada cuando en realidad no soportan el estar a mi lado.

Supongo que por eso lo hago yo.
Tiendo a aburrirme de la gente. Es un defecto feo, lo sé, pero en realidad tampoco me importa. Simplemente, olvido a quien no me interesa, como si generase indiferencia. Y quiero pensar que es esa indiferencia hacia la gente la que me permite ser un poco cruel.
Sí, me encanta ver cómo decepciono a la gente, cómo les desilusiono, cómo poco a poco se van dando cuenta de ello. Los mensajes cada vez más cortos. Olvidando lo que querían contar.

Hay algo de adorable en las esperanzas rotas.

Resulta encantador~