sábado, 28 de diciembre de 2013

Escuchó aquel lazo deslizarse.
El sonido del rojo al caer.

Sus cabezas se poblaron poco a poco. Al principio eran niños que creían en lo que no se debía creer, pero con el tiempo se les cubrió el pelo de pájaros, hasta que en el cielo sólo quedaron los buitres volando en círculos imperfectos. Al final, eran nubes de tormenta con miedo a creer.

Y el sol se acercaba al horizonte.
"¡Esconded a los niños!", resonaba como el grito de una mujer que nunca había visto el cielo.
Cuando los niños estaban a salvo, caía la noche en el páramo.

Y dejaban de verse los buitres. Se abría la veda. Había que salir del valle.

Pero según sus pies subían, torpes, por las paredes de roca, la nube de pájaros que protegía sus cabezas desaparecía.
Ella le miraba con el terror pintado en los ojos, y él musitaba algo sobre ganar la lotería.

Nunca llegaron arriba.
El lazo rojo que los unía fue arrastrado por el viento.
Él la vio caer, y ni siquiera estiró la mano para intentar alcanzarla.
Vio su cuerpo roto en el suelo, junto al muro de roca.
Vio cómo los buitres se cernían sobre ella. Y volvía a crecerle el pelo, como una nube de tormenta.


Yo es que a veces sueño en verso, y otras veces sueño en sueños.

martes, 17 de diciembre de 2013

[Acotación]

Qué difícil es a veces sentirse solo. Tanto que da igual la gente.

Y el fuego.
Oh, el fuego que sube y arrasa con todo, reduciéndote a cenizas grises. Que se traba en tu garganta y te impide respirar.

Sentir que caminas sobre una capa de hielo tan fina que quizás ya esté rota y no seas capaz de verla.

Entonces caes al agua.
Demasiado cansado para salir a respirar, no te das cuenta de que te ahogas hasta que ves cómo el hielo vuelve a formarse sobre ti. Cerrando la jaula.

El fuego en el esternón. El hielo en los pies. Y el océano tras los párpados.
Qué difícil es no dejarse morir.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Safe

I don't even think that you mind if I hate you.

And that only makes it worse.

I swear

But I try. I swear I do try.

Siempre he creído que al final la gente tiene lo que se merece, igual no por su buen corazón, a veces es sólo cuestión de inteligencia, astucia o de echarle mucha cara, pero al final, lo que tenemos es consecuencia de lo que sembramos.

Y yo no sé qué hago tan mal.

Supongo que sí soy tan horrible como pienso. Y por eso estoy sola. Tan irresponsable y tan vaga, tan mentirosa. Aunque lo niegue cuando me lo gritan.

Tengo lo que merezco. Y por eso no tengo nada.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Carpe Diem

Hay gente que cuando se acercan los exámenes se vuelve terriblemente idiota.

Estoy hasta los cojones de los textos cliché, del "Carpe Diem", de frases y citas de mierda.

No quiero vivir cada día. No necesito probarlo todo ni verlo todo. No creo que las cosas vayan a mejor, nunca lo han hecho.
No necesito que nadie me diga de qué tengo que disfrutar, cómo tengo que sufrir o cuánto tengo que sonreír.

Estoy harta de que generalicen de una manera tan vulgar. Que se supone que mi vida tiene que ser salir de fiesta, emborracharme y hacerme fotos que colgar en facebook, y con suerte acabar despertándome en la cama de un desconocido que por la noche era más guapo. Y yo no quiero tener una guía para vivir, no me gusta.
Igual que me parece horrible que mi vida tenga como fin el vivir más, simplemente. Una casa bonita, si puede ser, con jardín. Una pareja guapa, si puede ser, con amor. Unos hijos educados, si puede ser, para tener la misma vida que tenga yo.

Me parece horrible que la vida venga con manual de instrucciones.

No quiero vivir cada puto momento. Hay momentos de mierda y momentos aburridos, casi todos son así. Prefiero vivir acordándome de las cosas que me hicieron feliz aunque estén en el pasado que ahogándome en toda esta basura.
No, lo que hago hoy no me acerca a lo que quiero hacer mañana, no me acerca a mi sueño. Porque yo lo que que quiero hacer es morirme, dormir para siempre, y hoy de momento aún respiro.

Mi día a día no son amigos de siempre, amigos de verdad, o de esos que al final siempre están ahí. Ni siquiera es mi familia.
Porque nadie ha gastado nunca dos pensamientos seguidos en mí, y sigo sin merecer que lo hagan. Mi día a día es intentar no volver a dejar de intentarlo, aunque quiera. Y no hay nadie que lo sepa, nadie que se preocupe. Nadie que deba preocuparse.

Lo que dicen que se ha aprendido a los veinte, no recuerdo no haberlo sabido.

Idos al infierno con vuestras vidas de entrada de blog con foto en tonos sepias. Estoy hasta los cojones de gilipollas.

domingo, 1 de diciembre de 2013

¿CÓMO COÑO HE LLEGADO A SER ESTO?

Lying awake

Primero vino la soledad, después, el miedo.

"No recuerdo haber sido la mejor amiga de nadie desde que acabé el colegio. Te prometo que ya me he acostumbrado".

Odio la apatía. Ya no poder sentir nada, aunque antes no sintiese nada bueno. Antes podía creer que podía ser feliz, ahora no, ya sólo despunta el odio. No tengo más ganas de luchar, no me interesa ser feliz. Ya me da igual vivir.

Sólo espero que acabe pronto.

Necesito creer que, tras la muerte, no queda nada.